Sexualidad y Afectividad



Los niños se dan cuenta, perciben claramente, si sus padres se quieren, si se respetan el uno al otro y si se demuestran cariño. Sin duda, es bueno poder explicar a un niño que lo fueron a buscar» porque su padres se quieren, pero esta explicación no le convencerá lo más mínimo si nota que entre la pareja hay malestar, desamor, distancia afectiva o rechazo. Evidentemente, la prueba más convincente de que el vínculo de los padres es sobre todo afectivo no se puede expresar con palabras, sino que el niño la percibe cuando surgen demostraciones de afecto espontáneamente entre la pareja y, a su vez, de los padres hacia su hijo. De este modo, el niño creerá, en sus fantasías, que su presencia aún les hace más felices como pareja. En todo caso, si hay algo que precisar a un niño es que la unión de papá y mamá es fruto de un impulso de amor y de ternura, y al mismo tiempo, del placer mutuo.

Los excesos de recato y desinhibición


En principio, no hay ninguna razón para evitar las muestras de cariño y afecto entre los padres delante de los hijos; todo lo contrario. Sin embargo, es recomendable que la vida sexual de la pareja se circunscriba al ámbito privado de la habitación conyugal ya los momentos de intimidad de los padres, cuando éstos no puedan ser interrumpidos por los hijos. Por otra parte, tampoco hay que exagerar: no es necesario cerrar con llave el dormitorio y el baño cada vez que la madre o el padre entran en ellos, o apagar apresuradamente el televisor ante escenas levemente eróticas.




Por otro lado los padres deben permitir la satisfacción de los deseos del niño en el momento y la cantidad adecuados. Si al niño se le permite seguir tocando el cuerpo de la madre cuando ya no es un bebé meterse en el lecho conyugal cada vez que dice tener miedo bañarse en compañía de padres y hermanos hasta la pubertad se favorece que sufra un gran desconcierto no pueda conseguir dominar sus impulsos no tolere las frustraciones propias de la vida social y considere a sus padres como objetos de satisfacción inmediata de todos sus deseos.En este sentido es muy importante en la vida de familia que cada uno tenga su espacio su camal sus objetos personales y sus ratos de intimidad.




LOS HIJOS ANTE LA SEXUALIDAD DE LOS PADRES Puede ser que a los más pequeños les cueste mucho aceptar que han de dormir solos, en otra cama y en otra habitación, mientras los papás -«que son más grandes»- duermen juntos, en la misma cama. Sin embargo, si la pareja permite que su hijo se meta en la cama matrimonial siempre que le plazca, esto, a la larga, producirá efectos nocivos en su hijo un sentimiento de culpa por haberse entrometido en lo más íntimo y privado de una pareja adulta.




Aun cuando todavía son muy pequeños, los hijos perciben la naturaleza de las relaciones entre sus padres Por eso, no es recomendable que duerman en la habitación conyugal más allá de los tres primeros meses A lo largo de la primera infancia, no hay nada que cause más curiosidad a los niños que los misterios de la relación entre sus padres Más adelante y hasta la pubertad, parece que se desentienden de esta cuestión.




Pero permanecen atentos, aunque disimuladamente, a lo que puedan ver 0 espiar, ya lo que puedan oír; asimismo, en esta etapa también hay niños que piensan que sus padres no hacen «esas cosas»Lo que piensan los niñosEvidentemente, siempre es mejor que los padres no se encuentren nunca sorprendidos por su hijo en semejante situación, porque, en realidad, si los descubre mientras mantienen relaciones sexuales -en la cama, en el baño, el más sorprendido y asustado es el propio niño Su fantasía se dispara e intenta dar sentido a algo que todavía no comprende Imagina entonces, por ejemplo, que «papá y mamá se peleaban desnudos», que «papá hacía daño a mamá». Para él, esto no se parece en nada al hecho de dormir, que identifica perfectamente Por ello, es, pues, necesario insistir en la importancia de extremar las precauciones y permanecer alerta a fin de evitar posibles intromisiones infantiles.

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